Y como lo leen,nuevamente la intolerancia hacia el anime en gringolandia (como siempre ellos para variar) sigue cosechando frutos negativos.Ahora le toca el turno por 3er oportunidad a Death Note.
La nota pertenece a Misiontokyo.com traducida directamente de ANN
"El pasado 14 de mayo el instituto Kopachuck de Gig Harbor (Washington) expulsó a un alumno y amonestó a otros tres por escribir 50 nombres en su propia Death Note. Las autoridades han confirmado que entre los nombres había algunos alumnos, un profesor, George Bush, Paris Hilton y otras personas conocidas.
Ed Troyer, representante del departamento del Sheriff, explicó que un alumno encontró la libreta tirada en el suelo y se la dio a una maestra cuando ésta vio el contenido se la llevó al director que envió un mensaje a los padres de todos los alumnos. Además indicó que ya se han tomado las medidas oportunas y no hay nada que temer.
Uno de los padres de los niños amonestados ha dicho que la libreta era una vía de escape a la rabia y la frustración de su hijo por más de dos años de bullying.
No es la primera vez que ocurre algo así en un instituto norteamericano, al menos otros tres colegios han tenido que tomar medida contra sus alumnos por el uso de cuadernos de la muerte."
Personalmente me molesta cuando usan un anime como excosor vaginal para castigar a los estudiantes : ahora nada más falta que esto suceda por acá y todos felices y tal.
Nah. De hecho si nos fijamos, estas cosas rara vez (nunca) pasan en países de latinoamérica o siquiera europa. El problema está en que los gringos tienen problemas psicológicos, es decir... todas las noticias de este tipo (q incluyen al anime/manga como "razón" de algún suceso) suelen suceder en gringonlandia el 90% de las veces. También sucede en Japón, pero ps vamos, allá tienen una súper influencia de anime/manga pues es parte de su cultura, además de varios factores psicológicos y complejos personales que reunidos crean esto.
ResponderBorrarEn fin... Ciertamente es bastante triste culpar a este pasatiempo tan bueno, por no decir que se trata más de la persona en sí, o de la sociedad que lo rodea.